La musicoterapia es una disciplina de sanación moderna que ha ganado mucha popularidad en las últimas décadas.
Es un tema bastante amplio porque, a pesar de sus orígenes recientes (alrededor de la década de 1950), involucra muchas ramas, métodos y enfoques diferentes.
La Musicoterapia puede tener una amplia variedad de objetivos, según la necesidad del paciente. Puede trabajar tanto a nivel psicológico como físico, tanto en habilidades cognitivas como emocionales, o puede ayudar en la recuperación de habilidades específicas afectadas por lesiones o enfermedades.
Para comprender cómo la musicoterapia puede beneficiar a cualquier persona, primero debemos tener una visión más amplia de los efectos de la música en nuestros cerebros y cuerpos.
Nota : este artículo no debe interpretarse como un consejo médico. Si bien hemos hecho todo lo posible para brindarle información precisa, nada puede reemplazar el consejo de un profesional capacitado. Antes de iniciar un camino terapéutico, discuta sus síntomas o necesidades con su terapeuta. Él o ella elaborará un plan personalizado, completamente enfocado en su bienestar.
Un impulso de dopamina
La dopamina es una sustancia química producida naturalmente por nuestro cerebro. A menudo se lo conoce como el «químico del placer» debido a sus efectos maravillosos en nuestra mente. La dopamina hace que nos sintamos más tranquilos, más felices, más motivados.
Investigaciones neurológicas confirman que la música puede estimular la producción de dopamina, activando puntos específicos en nuestro cerebro. En otras palabras, la música literalmente nos hace más felices.
Pero este es solo uno de los efectos probados de la música en el cuerpo y la mente humana. La música también puede afectar los latidos de nuestro corazón, nuestra percepción del mundo que nos rodea e incluso la calidad de nuestras redes de neuronas.
Por ejemplo, se puede usar una canción relajante para reducir los latidos del corazón de un paciente en pánico; una canción alegre puede mejorar los síntomas de la depresión; una canción relajante puede ayudarnos a concentrarnos.
La música también puede relajar la tensión de nuestros músculos y funcionar como una valiosa ayuda para actividades como el yoga o la meditación, mejorando sus efectos.
Haciendo musica
Mientras que algunos enfoques de terapia se centran en la actividad de escuchar música, otros se concentran en hacer música.
Las canciones, la improvisación, la percusión, la composición de canciones o incluso el baile son actividades que suelen emplear los musicoterapeutas.
La elección de la actividad (o combinación de actividades) depende de las necesidades del paciente.
En terapias grupales o con pacientes que luchan con la comunicación y las habilidades sociales, los musicoterapeutas pueden adoptar actividades que fomenten la autoexpresión y mejoren la autoestima.
Algunas escuelas emplean la musicoterapia para mejorar el ambiente y el comportamiento de los estudiantes. ¡Lo mismo es cierto incluso para algunas prisiones!
Al promover la autoexpresión a través de actividades como la composición de canciones y fomentar los diálogos interpersonales a través de actividades colectivas como el baile o los círculos de percusión, la musicoterapia puede ayudar a construir un entorno seguro y armonioso, o ayudar a las personas con dificultades para expresarse.
Habilidades cognitivas
La musicoterapia puede ser particularmente útil para los pacientes diagnosticados con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
El efecto relajante de la música calmará a los pacientes y desarrollará su capacidad de concentración. Además, la producción activa de música, como en actividades de composición de canciones o juegos musicales, los alienta a estar “en la zona”. Este trabajo focalizado constituye un excelente ejercicio para contrastar el déficit de atención.
El poder calmante de la música, especialmente con una melodía clásica más tranquila, puede reducir los síntomas de ansiedad y aliviar el estrés también.
En casos severos de ansiedad y depresión, los terapeutas pueden emplear la técnica vibroacústica, una poderosa actividad calmante. En este método de terapia, el paciente se acuesta en un colchón o cama con parlantes incorporados, para sentir no solo el sonido sino también las vibraciones que produce la música.
La música parece ser una herramienta eficaz también para pacientes diagnosticados con demencia o enfermedad de Alzheimer. En estos casos, la música puede ayudar de muchas maneras diferentes.
En primer lugar, proporciona un medio de autoexpresión para los pacientes que no pueden articular con claridad. En segundo lugar, la música puede despertar las áreas del cerebro que no están afectadas por la enfermedad.
A través de la reminiscencia musical, en particular, algunos pacientes pueden recuperar recuerdos en poco tiempo. Por último, las respuestas físicas y psicológicas provocadas por la música pueden ayudar a reconectar a los pacientes con su familia o estimular el movimiento en pacientes con impedimentos de movimiento severos.
Restaurar el control motor fino
La musicoterapia puede tener un efecto increíble en los síntomas de la enfermedad de Parkinson o en pacientes que sufrieron accidentes cerebrovasculares, aneurismas o cualquier tipo de lesión que afecte su capacidad para realizar movimientos finos.
En particular, puede ayudar a restaurar las habilidades del habla a través del tarareo y el canto. También puede ayudar a restaurar los movimientos finos, como el uso de las manos y los dedos, tocando un instrumento fácil o un simple baile.
Algunos terapeutas pueden emplear la estimulación vibrotáctil para recuperar la sensibilidad de ciertas partes del cuerpo afectadas por el trauma o la enfermedad. Además, las actividades de autoexpresión pueden ayudar a controlar los síntomas de la depresión que a menudo se asocian con lesiones y traumas graves.
Desórdenes psicológicos
Los pacientes afectados por enfermedades mentales graves a menudo tienen problemas de expresión y comunicación. No pueden hacer que las relaciones funcionen debido a estas dificultades.
En estos pacientes, la Musicoterapia puede potenciar la autoexpresión y, a través de actividades grupales, también puede mejorar sus habilidades sociales.
Al permitir que los pacientes construyan mejores relaciones interpersonales, algunos síntomas de sus enfermedades pierden fuerza y su bienestar mejora.
La musicoterapia también puede contrastar síntomas como el letargo y la apatía. En pacientes afectados por esquizofrenia, puede ayudar a mejorar la conciencia de uno mismo, el sentido de identidad, la conciencia de los demás y puede favorecer la comunicación.
Algunos enfoques y técnicas comunes
Uno de los primeros y más conocidos métodos de musicoterapia es el desarrollado por Paul Nordoff y Clive Robbins a lo largo de las décadas de 1950 y 1960. Su enfoque está dirigido principalmente a niños con trastornos del aprendizaje y tiene como objetivo desarrollar su autoexpresión y habilidades sociales a través de actividades grupales de creación musical.
Las técnicas comunes en este y otros métodos involucran juegos musicales (tanto para adultos como para niños), el uso de instrumentos de percusión , canciones y actividades de composición de canciones.
En conclusión, la Musicoterapia puede beneficiar a una amplia gama de pacientes. También puede ayudar a cualquier persona que se sienta estresada o ansiosa.
Antes de iniciar un camino terapéutico, discuta sus síntomas o necesidades con su terapeuta. Él o ella elaborará un plan personalizado, completamente enfocado en su bienestar.